La corriente eléctrica

La electricidad
Toda la materia que existe en el universo está formada por átomos y, a su vez, los átomos están formados por tres tipos de partículas llamadas neutrones, protones y electrones.




Los neutrones y protones suelen mantenerse agrupados en un espacio muy reducido que llamamos núcleo del átomo. En cambio, los electrones están siempre moviéndose en trayectorias muy complejas, y o bien pueden moverse alrededor del núcleo de un átomo, o bien pueden pasar de un átomo a otro. En este segundo caso se llaman electrones libres.



¿Qué son los electrones libres?


Llamamos electricidad a los fenómenos relacionados con la presencia o movimiento de los electrones.

A partir del comportamiento de los electrones y de los protones decimos que estos tienen cargas de signo opuesto y, por convenio, definimos la carga eléctrica de los protones como positiva (+) y la de los electrones como negativa (-), de manera que los cuerpos con más electrones que protones se considera que tienen carga negativa (-), los cuerpos en los que hay menos electrones que protones se considera que tienen carga positiva (+) y los cuerpos que tienen igual número de electrones que de protones se considera que tienen una carga neutra. 


La energía asociada a su movimiento es lo que se aprovecha en la mayoría de los dispositivos eléctricos. 

Aunque sean demasiado pequeños para verlos y saber dónde están y hacia dónde va cada electrón en cada instante, es posible prever, aprovechar y controlar el movimiento general de los electrones porque sabemos que: 


Los electrones se repelen entre ellos y los protones y electrones se atraen.




La corriente eléctrica
Como los electrones se repelen entre ellos, tienden a moverse desde las zonas donde hay más concentración de electrones hacia aquellas donde hay menos. Por tanto, si unimos los dos bornes de una pila con un cable, los electrones irán siempre del (-) hacia el (+). Este movimiento de los electrones originado por las diferencias de carga es lo que denominamos corriente eléctrica. 



Y ahora te voy a liar un poco la cabeza. Has leído anteriormente que por convenio se decidió que los electrones tuviesen carga negativa (-) y los protones positiva (+). Pues vamos con otro convenio.

Por convenio, se considera que la corriente eléctrica va del (+) al (-), aunque los electrones van en realidad del (–) al (+). 


El sentido de la corriente

La electricidad que vamos a tratar en este tema es la electricidad dinámica o simplemente electricidad. Pues como sabrás también existe la electricidad estática.



Para la mayoría de las aplicaciones prácticas es necesario que los electrones se estén moviendo de forma continuada a través de un circuito. Es lo que se conoce como electricidad dinámica (o simplemente, electricidad), y puede ser de dos tipos, de corriente continua y de corriente alterna.

La corriente continua es aquella en la que los electrones avanzan siempre en el mismo sentido (desde un polo negativo (-) hacia un polo positivo (+). 




Son circuitos de corriente continua todos los que funcionan con pilas, baterías o paneles solares, y suelen ser circuitos de menor potencia que los de corriente alterna, pero también pueden ser más ligeros y portátiles, y eso les hace perfectos para linternas, teléfonos, pequeños motores eléctricos y juguetes.



La corriente alterna, en cambio, es aquella en la que los electrones cambian de sentido constantemente. Avanzan y retroceden cíclicamente.




La corriente alterna se genera con unos aparatos llamados alternadores y se distribuye por la red eléctrica hasta nuestros enchufes. 


Los enchufes, a diferencia de las pilas, no tienen ninguna marca que diferencia el borne positivo del negativo, porque la polarización se está alternando cada vez que cambia el sentido de la corriente. Es decir, que el agujero por donde los electrones entran en un instante dado (+) Pasa al instante siguiente a ser un agujero por donde los electrones salen (-).